Aún sin estar a la altura de los discos de los 60, el momento más brillante y genial de The Kinks, en la década siguiente entregaron una serie de álbumes conceptuales que no estaban nada mal. Uno de esos LP´s fue “Schoolboys In Disgrace”, una pequeña ópera rock con el habitual toque de opereta inglesa que tanto del gustaba (y seguramente le sigue gustando) a Ray Davies.
Este álbum, grabado en los estudios Konk de Londres entre mediados de agosto y los primeros días de octubre y con la producción del propio Ray Davies, es el último de la llamada época teatral de The Kinks. Esta etapa se inició en 1968 con “The Kinks Are The Village Green Preservation Society”, que, aunque durante su composición no se pensó en una obra conceptual, al final todas las canciones fueron encajando en un puzzle en el que su autor se lamentaba del paso de las viejas costumbres de la tradición inglesa a las nuevas modas. Esta tendencia fue mucho más evidente en “Arthur (Or The Delcine And Fall Of The British Empire)”, publicado al año siguiente, y que en un principio estaba destinado a ser la banda sonora de una película para la televisión. Al final el proyecto se vino abajo y el álbum siguió su camino.
Pero Ray Davies debió cogerle gustillo a eso de desarrollar una idea y montarla sobre canciones porque sus siguientes álbumes tuvieron claramente esa intención. Primero fue “Lola Versos Powerman And The Moneygoround, Part One” (1970) en el que le daba un repaso a la industria de la música y a todos los personajes que por ella pululan. Luego la banda sonora de “Percy”, después “Muswell Hillbillies” (1971), centrado en la clase obrera inglesa y la destrucción de los barrios victorianos. Muy británico él.
Luego empieza la parte verdaderamente mollar, con “Everybody´s In Show-Biz” (1972), “Preservation Act 1” (1973), “Preservation Act 2” (1974), “Soap Opera” (1975) y finalmente nuestro “disco recuperado” “Schoolboys In Disgrace”, publicado el 17 de noviembre de ese mismo año 1975.
Este álbum contiene nueve canciones más un final añadido, una especie de colofón. Nueve cortes que van desde un surf rock and roll en plan los Beach Boys o los Sha-na-na, “Jack The Idiot Dunce”; uno con más desarrollo y tono operístico, “Headmaster”, que ya quisiera haber hecho Queen, o “Education” que es más de lo mismo, pero lleno de clase; una exhibición de la maestría de Ray para componer y para cantar titulada “No More Looking Back”, a la que su hermano Dave añade unas espléndidas guitarras. Dos temazos de buen power pop impregnado en hard rock como son “I´m In Disgrace” (¡qué guitarras!) o “The Hard Way”, que en su momento hicieron una versión The Knack, una banda que nunca ocultó la influencia de The Kinks en su música. O el tono cincuentero de “The First Time We Fall In Love”… Gran disco.
Además de los Davies están Mick Avory en la batería, John Dalton al bajo y John Gosling en los teclados, quien por cierto hace un extraordinario trabajo en “The Last Assambly”, dándole a la canción un bonito aire góspel con su órgano. Y toda la banda suena magníficamente sólida, encajada y resuelta en “Schooldays”, el corte que abre el álbum.
La trama de “Schoolboys In Disgrace” es sencilla, pero llena de humor y crítica social. Un colegial algo travieso que apoyándose en su pandilla no para de aterrorizar a sus maestros y otros alumnos más tímidos con sus acciones y travesuras. Un día se mete en serios problemas con una alumna de su misma calaña y termina en el despacho del director, quien decide avergonzarle, a él y a su pandilla, ante toda la escuela. Desde entonces el chaval se convierte en un joven amargado y duro al que el castigo no sólo no le ha cambiado sino que le ha mostrado su futuro: la autoridad nunca va a estar de su lado y sólo va a reprimirle a base de golpes. Es entonces cuando se juramenta para que las cosas cambien y siempre se salga con la suya desde ese mismo momento. Ese adolescente terminaría convirtiéndose en el villano de Preservation 1 y 2, el terrible Sr. Flash.
Los Kinks son siempre una alegría y cualquier motivo es bueno para que suenen en cualquier momento. Este LP está un poco olvidado, injustamente olvidado, así que por todo esto, en Plástico Elástico hemos decidido que sea nuestro “Disco Recuperado”. Y eso a pesar de la portada, una de las más horripilantes de la historia del rock, obra de Mickey Finn, miembro de T. Rex. Aunque vista ahora… hasta tiene cierta gracia (o no).
En cualquier caso, a disfrutarlo.