Sara Íñiguez es una bilbaína que ejerce de cantante, compositora, pianista y alma de Rubia. Su progresión musical a través de los años ha sido sencillamente asombrosa. Todavía recordamos en Plástico Elástico su primer disco, en donde entre mucha inocencia y frescura, destacaba la voz y la personalidad de una chica que quería sonar como todos aquellos músicos a los que ella adoraba. Bien, han pasado los años y los discos y Rubia es ahora mismo una de las mejores posibilidades musicales que hay en este país. Y lo mejor de todo: tiene preparado un nuevo disco.
“The Game”, que así se titula su nuevo trabajo, está producido por la propia Sara y por Mauro Mietta y como músicos cuenta con su baterista, Mariana Pérez (juntas hacían hasta hace poco un dúo en directo realmente fantástico, aunque ahora sus caminos se han separado), el bajo es de Jokin Salaverria y las guitarras de Adrian Barcena, Gonzalo Portugal y Daniel Merino.
Para poder completar este proyecto, Rubia (Sara) acaba de poner en marcha una campaña de crowdfunding a través de Verkami para recaudar fondos con los que poder sufragar los gastos de grabación, de la fabricación y de los músicos, diseñadores, realizadores, fotógrafos y demás profesionales que han colaborado con su esfuerzo y talento para completar lo que viene a ser un buen disco. Rubia siempre entrega productos de calidad, tanto musicalmente como físicamente, ya que cuida mucho la presentación. Ahora se abre pues, un período de 40 días en los que se pueden adquirir distintos packs a precio bien interesante, firmados por ella y con algún que otro detalle.
Sara está contenta y orgullosa de su nuevo disco y eso es porque suena como ella quiere y como a nosotros nos gusta. Sonido setentero, cálido, lírico y profundo. Un poco de pop, ahí están Carol King y los grupos de chicas de los sesenta, algo de country en su versión más cálida, algo del soul más dulce, unas gotas de ese encantador soft rock que tanto echamos de menos al encender la radio… La música de Rubia es un medio para viajar en el tiempo y encontrarse con aquellos grandes compositores, principalmente americanos, que cantaban canciones, redondas canciones. Su voz transmite, tiene encanto, pasión, convicción y muchísimo buen gusto.
Hasta ahora cada álbum de Rubia es una ocasión para disfrutar pero “The Game” es algo más. Es una joya para contemplar, un manjar para disfrutar. Sin prisa, sin tiempo, para siempre. Como ocurre con los buenos discos.