Perezoso y huraño cada día más, muy pocos músicos me hubiesen motivado lo suficiente como para acudir a un estadio y verle en directo. Ahora mismo, el único que podría haber hecho que me metiese en un gentío durante horas para asistir a un concierto era mi amado Tom Petty. Solo con escuchar en directo el arranque de algunas de sus canciones hubiese valido la pena las horas de aglomeración, sudor, sed y cansancio. Por él, por “Trom Petty”, el Schuster del rock americano, hubiese ido incluso al Bernabeu… Ya no hay quien me saque de casa.
Tom ha fallecido a los 66 años de un ataque al corazón, el mismo corazón que durante años y años estuvo bombeando una pasión por los sonidos del rock, por las guitarras del rock, por las historias del rock. Y lo ha hecho en la otra costa, en Santa Mónica, California, muy lejos de su Gainesville natal, en Florida; una ciudad en la que nació el 20 de octubre de 1950. Estaba a punto de cumplir los 67. No pudo ser.
Pero se puede ir orgulloso de que a los 11 años escuchase la llamada del rock a través de Elvis Presley y poco después la de The Bealtes y las atendiese para salir corriendo a encontrarse con otros músicos, de montar Mudcrutch, de armar su propia banda, Tom Petty & The Heartbreakers y de entregar un puñado de canciones, de discos y de conciertos que nada, ni el tiempo ni el apocalipsis final podrán borrar.
Evidentemente le dedicaremos un programa especial pero también estará presente, como lo ha estado siempre, en muchas de las canciones que suenan habitualmente en Plástico Elástico. Quizás no fue Dylan o Neil Young o The Beatles, pero fue fundamental para entender el rock americano, el revivalismo que se vivió en los 80, el sonido de las guitarras Rickenbaker, la conexión entre historia, melodía, estribillo, magia y guitarras. Acústicas o eléctricas. O todas a la vez. Y sus juegos.
Tom Petty ya es historia. Aunque por aquí fue siempre historia. Siempre fue pasado, presente y futuro y lo seguirá siendo porque estamos seguros de que muchos otros músicos seguirán la senda y el sonido que tan bien eligió y ensanchó con su banda.
¡Hasta siempre venerado señor! ¡Hasta siempre Tom Petty! Gracias por tu música. Te amamos infinito.